Daniel Escudero Cana sintió "la necesidad" de que el libro Afrohuellas. Africanos y afrodescendientes publicando música desde tierras españolas (Círculo rojo) "existiera". Este aficionado musical y lector de publicaciones musicales lo "echaba en falta". No quería que quedaran en el olvido trabajos importantísimos de los que algunos no están ni en las plataforma digitales. Se puso a recopilar apuntes y discos que tenía que finalmente se ha plasmado en una "antología" que recoge más de 200 proyectos musicales y más de 700 referencias discográficas.
El libro está protagonizado principalmente por "artistas africanos que se han instalado en España, afrodescendientes que son de segunda generación que están residiendo aquí y han publicado su obra o parte de ella desde aquí". El abanico podría ser inmenso, lo hubiera podido ampliar hasta "agrupaciones y formaciones que se dedican a la danza, que dan clases o espectáculos", pero había que acotarlo y lo hizo por únicamente trabajos discográficos. También se recogen recopilatorios, así como algunas bandas "que sin tener a ningún africano en su formación, basan su música en ritmos, estilos o géneros creados en África".
"Tienen el denominador común que muy pocos han tenido el seguimiento de los medios y el apoyo suficiente". En el libro se recoge un gran variedad musical: "hip hop", "músicas medievales", "vanguardia" y "pasando por todo lo que hay en medio". Los reúne todos alrededor de "la actitud" y "sus huellas culturales" que han ido dejando. Una postura que a veces ha sido "de expresión, de creación, política, reivindicativa, de hermanamientos, de comprensión o de respeto. La actitud que ellos han tenido ha sido luchadora siempre porque lo han tenido muy difícil".
El libro de Escudero y algunas de las músicas que se reúnen a su alrededor protagonizan el quinto capítulo de la sección "Enraizados" en El gallo que no cesa. Un espacio para conocer músicas creadas en la distancia de las tierras que les ha visto crecer. Desde los años 60 con Guillem d'Efak, pasando por los 70 y 80 que "tenían que amoldar sus músicas" hasta la actualidad.
Las primeras publicaciones de música africana
Música correspondiente a eventos religiosos, ceremonias y misas en formato de disco fueron las primeras grabaciones que ha documentado Escudero que llegaron a España. Fue a principios de los años 60: Joachim Ngoi y los Trobadores del Rey Balduino y Tribu Ewondo. Los primeros son del Congo y los segundos de Camerún. Más allá de las giras que pudieran hacer por Europa, cree que la finalidad de estos álbumes no fue demasiado acertada: "Completamente colonialista", es decir, "mira cómo cantan la misa mis súbditos congoleños". Aunque sí que destaca la "belleza", "emoción", "espiritualidad que no tiene porque ser cristiana, aunque vaya muchas veces camuflados de ellas". Después llegarían los discos de Osibisa, Fela Kuti, Manu Dibango o Miriam Makeba. Así como los recopilatorios editados por Philips Viajes alrededor del mundo con música de Argelia o Madagascar.
El pionero: Guillem d'Efak
Escudero recuerda unas palabras de "un general o capitán de Franco que censuró varios conciertos" al músico guineano Guillem d'Efak: "Negro, comunista y encima canta en catalán". "Lo tenía todo" este cantante que publicó siete discos en formato EP de 7'' entre 1965 y 1967, dos y tres años antes que debutarán gente tan importante como Lluís Llach o Maria del Mar Bonet. Adoptó el apellido de su madre, era de la etnia fang, del clan Efak. Su padre era Guardia Civil, termina peleado con él y se va de casa con 18 años. "Terminó el hombre siendo guía turístico en Mallorca y un poco en olvido".
Una de las cosas que más le han sorprendido con la elaboración de esta antología es la gran cantidad de artistas de Guinea Ecuatorial que han publicado en España. Cree que el problema está en cómo se cuenta la historia, en reconocer los "errores", "barbaridades" y "atrocidades". La antigua colonia española tiene algo más de un millón de habitantes en la actualidad y si se compara la producción, por ejemplo, con otros países como Marruecos, la proporción es muy grande. "Eso me llega a decir que tenemos un vínculo todavía grandísimo (...) a pesar que se hayan tapado o silenciado".
Máscara fue otro grupo con raíces guineanas, que a diferencia de muchos grupos de los 80 que "se adaptaron a las tendencias" por indicaciones de las discográficas, publicaron un disco, Bi mole, cantando en annobonense, la lengua que se habla en Annobon, una de las islas que pertenece Guinea Ecuatorial. Los Hermanos Zamora prefirieron no seguir las líneas del mercado e interpretaron ritmos muy populares de su isla, así como de Guinea y el Congo.
El Sáhara
Otras formaciones musicales y cantantes fundamentales que han publicado discos en España son originarios del Sáhara como el grupo Mártir El Uali Mustafa Sayed, que adoptó el nombre del fundador del Frente Polisario. Publican un disco a finales de los 70 y en 1982 el sello Guimbarda les edita un doble disco. Era una formación que interpretaba música popular, el haul, pero con un "mensaje revolucionario y luchador por la situación que tenían. Estaban en el frente y con la guitarra estaban cantando por la noche".
Mariem Hassan es una de las voces originarias del Sáhara con más proyección en todo el mundo: "Su labor, su lucha, su dignidad, cómo ha llevado el mensaje del pueblo saharaui, primero por España y luego por todo el mundo a nivel internacional, aunque desgraciadamente de poco a servido". Otra cantante importantísima es Aziza Brahim: "Sus discos han sido valorados como los mejores discos world music publicados en Europa. Está teniendo todavía más repercusión y está llegando más lejos". Unas letras que "denuncian la situación y llaman a su pueblo a aguantar con fortaleza y con dignidad".
Afrodisco, música medieval o hip hop
Hubo un grupo que se llamó Songhai, que son previos al disco de Ketama y Toumani Diabaté y que coincidieron en el nombre. Vivían en Barcelona. Sacaron unos singles afrodisco en la tendencia de los 80 y el segundo, Walibena!, "es una vuelta a las raíces africanas, aunque su siguiente trabajo ya empezaron a incluir reggae, algo más afrolitano y edulcorar un poco su música para abrirse a nuevos mercados".
Barón Ya Buk-Lu se instala en Madrid en los años 90. Destaca que este es uno de los más "prolíficos", ya que ha publicado más de 15 discos. Además creó su propio sello en el 1996, Ngomo Line Production's; ha producido y editado algún artista más africano y afrodescendiente. "Ha creado hasta un festival, Africanos en Leganés".
"Kilema formaba parte de Justin Vali Trio, era uno de los del sello Real World, un virtuoso de la valiha, que es una especie de arpa de Madagascar. Estuvo girando por todo el mundo en los 90 y en un momento se instaló en Córdoba. Desde aquí ha estado haciendo maravillas para todo el mundo".
Rasha es una mujer sudanesa que empezó interpretando músicas populares y tradicionales de su tierra y de países de alrededor como Etiopía o Chad. Su hermano es Wafir Sheik el-Din que es "un multiinstrumentista que ha participado en proyectos como Radio Tarifa, La Musgaña" o ha tocado con músicos como Luis Delgado o Luis Paniagua. Toca vientos, acordeón, violines o canta
La influencia africana "viene filtrada por América, por la música afroamericana". Escudero señala que los estadounidenses The Last Poets "ya reivindicaban su raíz afro" en su propuesta "protohiphop". Para el libro ha incluido una selección de los que ha creído más "importantes" para crear el rap en España: Norberto de Noah, Dobleache, Frank T, Jota Mayúscula o Eddy la Sombra.
En la primera década del siglo XXI, uno de los géneros que se consolidan en España es el afrobeat con bandas como Alma Afrobeat Ensemble, Afrou Soul Toasting All Stars y Ogun Afrobeat. Esta última formación está liderada por Akin Onasanya, lo crea "como forma de expresión más personal, de sus raíces nigerianas". Él ha crecido en la misma Kalakuta de Fela Kuti, es decir, que "sus raíces afrobeat son tremendas. Crea la banda como forma de expresión de sus emociones más íntimas". Para la difusión de estas músicas, cabe destacar las recopilaciones realizadas por DJ Floro y la Asociación Afrobeat Project.
Un defensor de la cultura amazigh
Yacine Belahcene es uno de los músicos que más proyectos aporta a Afrohuellas. "Nació en Italia, es de padre argelino y madre italiana. Estuvo viviendo toda su adolescencia en Argelia y a partir de los 17 se instala en Barcelona. Empieza a cantar con Cheb Balowski, es una banda que recoge desde "sonidos balcánicos, mediterráneos de ambos lados, ska, reggae y empieza crear sus propios proyectos". Luego fundó Nour donde "ya empezó a trabajar con la música electrónica, con bases, siempre con su raíz argelina, norteafricana y con letras súper reivindicativas de problemas sociales, de la inmigración, fronteras, del dinero y el capital". Después formó Yacine & The Oriental Groove "siguiendo la línea de Nour, pero esta vez utilizando la electrónica con elementos más acústicos". En 2020 sacó Idurar en solitario. "Tiene todo la electrónica, lo acústico, lo norteafricano, lo reivindicativo. Casi todo está cantado en catalán, también utiliza la lengua amazigh, él es un defensor de la cultura amazigh, la que conocemos como bereber".
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